"Retomar desde la herida" pretende explorar las relaciones entre el acto creativo y su temporalidad. “Condenadas a elegir”, en el sentido sartreano del término, a seguir (aunque en el peor de los casos, a “hacer seguidismo”), entendemos el retomar como un volver que asume la inevitabilidad del “prejuicio”, diciéndolo con Gadamer. Un volver que no puede olvidar, un volver tras “haberlo dejado”, quizás a medias, implicando una fractura que, aunque aún no cicatriza, “ya” es posible trabajar desde ella.
"Retomar desde la herida" es un fragmento del tema "Punto de partida", compuesto por Juan Pardo para el que sería uno de los discos más exitosos de Rocío Jurado, publicado en 1989 (tiempo de muchas "partidas"). Una canción que expresa la impotencia de una mujer ante los designios de un tirano, dueño y señor de su vida, bajo la falsa apariencia del amor que “le concede” y, supuestamente, “le profesa”. La canción expone una toma de conciencia que, pese a suponer un grito de guerra, reconoce el alambrado de una violencia intrínsecamente estructural.
Sin descuidar la violencia que, como sociedad política, nos precede, pero dejando sentimentalismos y “mitologismos” para otra ocasión, abordaremos posibles metodologías de investigación a partir de la metáfora de la herida como inicio del acto creativo, en línea tanto con el pensamiento de la diferencia posmoderna, postidentitaria y postmetafísica, como de la dialéctica negativa de la Escuela de Frankfurt. En este punto no nos queda más que asumir nuestra “precariedad” originaria, siguiendo el pensamiento de Teresa Oñate, más allá de atalayas que esgrimen dicho concepto desde el insolente privilegio de la distancia.