…indicaba, por otra parte, cuál era la verdadera y quienes se tenían por humanos verdaderos al cruzarlas.
Antonio Castro Cuadra.
No hay quicio que no quiera resbalar. Lo pide, revienta. Se revuelve, afrenta. Cada cosa leída, la cosa pública. Cada oportunidad cogida, qué bienvenida.
Se
excita la garganta, atraviesa la encimera. Qué pena, verborrea. Un libro qué
leído. Y qué placer descubierto con o sin tacto. Intacto. Recorrer las
dependencias ya requiere de paciencia. Y gracias, que Antonio Castro Cuadra ha
venido a revolver ciertas fragancias. Estados de encuentros que son excusas de
procedimientos, tropezones eméritos. Pretérito. Y no pretendo, no, será bien
querido. No pretendo hacer otra diablura sino mostrar qué de violines se
engarzan y desde aquí, le da la gana.
Siempre
interpretaciones, sólo fragmentos.
Muchas
gracias al equipo de Laocoonte.
Revista de Estética y Teoría de las Artes.
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