El Estado capitalista (...) por todas las
vías de acceso a nuestro organismo sumerge en lo más profundo de nuestras
vísceras sus raíces de muerte, confisca nuestros órganos, desvía nuestras
funciones vitales, mutila nuestros goces (...) Hace de cada individuo un
cortado de su cuerpo, un extranjero a sus deseos.
Félix Guattari, 1973.
El cuerpo como grado cero, origen y
espacio de convergencia y divergencia de buena parte de nuestras preocupaciones
ha sido uno de los puntos de partida del trabajo que presento a continuación,
el proyecto artístico de Miriam Gascón titulado "El cuerpo en el
espacio / El ESPACIO EN EL CUERPO".
La lectura de El cuerpo
utópico de Michel Foucault se hace necesaria a la hora de abordar este
tema con cierta proximidad. Hay que tener en cuenta que estamos hablando del
filósofo francés más influyente de las últimas décadas y sus principales
aportaciones fueron el desarrollo del concepto de biopolítica y
el análisis de las diferentes relaciones que convierten en “sujetos” a los
seres humanos. A él, cómo no, referencia Miriam Gascón en su primer proyecto
artístico. Miriam es una joven artista que acaba de graduarse en la
facultad de Bellas Artes de Cuenca. Ha hecho que me plantee y que vuelva a
responderme ciertas preguntas, pero sospecho que no sólo me ha ocurrido a mi
sino a muchos de los que trabajamos a su alrededor. Ha generado debate. ¿Por
qué? ¿Qué es lo que la mueve a querer expresarse ante el mundo a través de
imágenes? ¿Y por qué precisamente su manera de hacerlo ha tocado tanto a los
que hemos escuchado su discurso? Se trata de una palabra: necesidad. Necesidad
es lo que le ha llevado a desplegar un imaginario que a primeras enmarca dentro
de dos palabras (cuerpo y espacio) pero que en realidad habla de muchas más. Pero,
¿necesidad de qué?
Una necesidad nunca va sola, una necesidad
va de la mano de algo más. En este caso se trata de una necesidad de implicar a
la conciencia, de apelar, de llamar, de hacernos pararnos ni que sea unos
instantes y replantear aquello que vemos. A grandes rasgos estos serian algunos
de los logros de los artistas de la era contemporánea, según palabras del
filósofo Arthur C. Danto pronunciadas en su conferencia La Distancia
Entre El Arte y La Vida de 2005. Podemos así aplicar todas estas
palabras al trabajo de Miriam. En aquella conferencia Danto proponía una serie
de preguntas para descifrar qué puede ser arte en la situación política actual
que vivimos y parece que nuestra artista más que proponer una respuesta
definitiva, contribuye a formular posibles, a sumar puntos de vista, pues nunca
llegaremos, en esto del arte, a verdades absolutas.
El espacio es ya un viejo leitmotiv en
el arte contemporáneo. El crítico Jean Françoise Chevrier hablaba en 2013 en la
revista Brumaria acerca de 1967 como el año paradigmático, en
el que esta preocupación que en su momento los minimalistas exploraron y que
dentro del povera y el land art fue llevada
al extremo. Hablaba de “la conquista del espacio” en un momento en el que las
comunicaciones y los conceptos de espacio, tiempo y lugar empezarían a sentar
arduos debates en las décadas posteriores. El interés por el espacio es el
interés por el contexto, la posición, la colocación, es el interés por analizar
los porqués de la obra dentro de la esfera pública.En nuestros días y en
nuestros contextos hablar de no-lugar queda
obsoleto. Creo necesario redefinir lugar y espacio en un mundo en el
que constantemente entramos y salimos de todo tipo de interfaces, un mundo de
traslados veloces y eficaces.
¿Cuál es la relación entre espacio y
cuerpo para Miriam? Bien, yo creo que por sus piezas hechas de escayola ha
conseguido aunar estas dos ideas transformándolas en huella. Se trataba de
bolsas rellenas de escayola en las cuales ha impreso, ha presionado su cuerpo.
Después, una vez seca la escayola y retirada la bolsa, las formas han devenido
en una serie de piezas muy sugerentes, llenas de ondonadas, huecos, recovecos.
Yo creo, ya que he entendido su obra como una instalación inmersa en el espacio
y no un conjunto interrelacionado de piezas, que ése es el gran punto de su
trabajo: la huella.
Este fragmento de la instalación considero
el más acertado de todos al dejarnos entrever una serie de formas orgánicas,
éstas son colocadas en el suelo, convenientemente iluminadas y han desembocado
de una especie de río hecho de harina, también dibujado en el suelo. Negativo y
positivo, forma, tensión. Otro de los temas capitales de esta instalación
es la luz. A través de una serie de cajas en las que inserta fotografías genera
una serie de pinturas que, bien en imagen fija, bien en movimiento, juegan
constantemente con esta comunión de espacio y cuerpo: Nuevamente tenemos ahí la
huella. Un elemento recurrente y que particularmente rescato de su trabajo
es la silla. Debemos de hacer referencia al juego figurativo/abstracto que ella
pone en tensión, bien con formas reconocibles a simple vista, bien con otras
que no lo son. Hoy, cierto es, hablar de figura y abstracción no sólo queda
como un tema ya superado sino retrógrado, pero me sirve diferenciarlo para
destacar cómo a Miriam le interesa la representación de la silla como
elemento de unidad, de uso personal, y de ahí la relación tan íntima entre
sujeto-objeto como un elemento que ella nos muestra vacío y con el que alude al
cuerpo, a sus medidas y la mayor de las veces con melancolía. Miriam presenta y
representa. Es aquí donde veo, salvando las distancias, muchas de las piezas
del artista argentino Jorge Macchi e incluso una instalación muy poco conocida
también de la muy poco conocida “producción plástica” de Christian Marclay, Cuarteto
de fantasmas, que realmente es evocadora y siniestra. Os recomiendo el
catálogo donde lo descubrí, del año 1990, El jardín salvaje, con
textos de Dan Cameron.
¿Hasta qué punto las medidas por defecto
delimitan nuestra existencia?
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Temas de antes y temas de hoy son los que convergen en el
pensamiento de una artista que además de cuerpo y espacio habla de pintura y
realiza performance con la valentía que supone ni tan siquiera
nombrar todos estos conceptos en un mismo trabajo o aplicarlos a una praxis tan
arriesgada. Para empezar, considero que es necesario afirmar que de alguna
forma está pintando. No es necesario hablar de pinceles cuando la luz, sabemos,
es un pigmento. Este tema tiene larga discusión desde que Dan Flavin o Bruce
Nauman en los sesenta y setenta experimentaran con neones o cajas de luz,
posteriormente James Turrell. También la pintura es materia, es táctil, y en la
mayoría de sus piezas enfatiza en texturas que yo creo solucionan cualquier
debate acerca de lo pertinente que es o no que haga referencia a tal
disciplina. Llamativo es cómo en sus instalaciones emplea telas y bastidores,
camuflados entre los distintos elementos que las conforman.
En cuanto a la performance,
esta exposición también consta de una proyección de vídeos que documentan
algunas de ellas. Aclara que Espacio Uno fue la primera performance que
presenció en directo en su vida. Algo posterior, Espacio dos muestra
una madurez en cuanto a esa necesidad de incisión. ¿Qué es la performance sino
insistencia? Creo que el juego de esta segunda performance donde
utiliza vídeos caseros y familiares a la vez que su actuación propia en el
espacio expositivo es realmente un reto no sólo al cuerpo sino a otro tema más
y para mí nuclar: cómo organizamos nuestro cuerpo en torno al tiempo.
Pese a que destaco su obra, por nombrarla
de alguna manera, escultórica, yo recolocaría ciertas referencias figurativas
que en lugar de sumar parece que quisieran “rematar” unas piezas que por sí
solas son completas. Hablo de pequeñas estructuras también volumétricas como
hojas, plantas, sillas o tendidos eléctricos. Quizás esto es propio del momento
en que se encuentra. Pero la duda es positiva, sin ella no avanzamos. La
madurez de su presentación, la laboriosa ejecución y el juego conceptual de los
elementos son seguramente las grandes claves de esta jovencísima artista.
Miriam Gascón | Vista de la instalación | 2014
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Me ha animado a que me lance a escribir
por su decisión y valentía a la hora de comunicar su trabajo. Su mirada fija,
de esas que no te sueltan un segundo pero en las que te sientes cómodo y
llamado, llamado a su necesidad, su fe en su trabajo y su voluntad de
comunicarlo espero que me acompañen y me hagan seguirlo tan cerca como
pueda. Que la comunicación así fluya libremente como ese río de harina,
esos meandros, esos glóbulos, esas formas, esas cavidades que "implican a
nuestra conciencia" y nos devuelven a lo más nuestro: a nuestro cuerpo.
Un enlace a su web: http://mgascas91.wix.com/miriamgascon